viernes, 25 de noviembre de 2011

Lesiones del tejido óseo 1


EPIDEMIOLOGÍA

Ä Parecen ser menos frecuentes en la raza negra, y son hasta 10 veces más frecuentes en mujeres que en hombres sometidos a un programa de entrenamiento similar. Sin embargo, en deportistas de menos de 16 años, la proporción es similar en chicos que en chicas.

Ä El hueso que se afecta con más frecuencia es la tibia, donde puede recibir diferentes nombres por confusión con otras patologías: “shin splint”, periostitis (o fascitis de inserción del sóleo en la cara posteromedial de la tibia), síndromes compartimentales crónicos, etc. Parece que las fracturas de fémur y tarso son más frecuentes en deportistas más mayores y la tibia y peroné en deportistas más jóvenes.


Ä La teoría más aceptada sugiere que un esfuerzo repetido provoca una reabsorción perióstica que supera el ritmo de remodelación ósea, debilitando la cortical hasta que se produce la “macro” fractura.

Ä El papel de la musculatura puede ser protector o provocador: dentro de unos límites protege al hueso al evitar que se transmita al tejido óseo esfuerzos flexores excesivos, pero por encima de esos límites, o con fuerzas musculares aplicadas de manera muy violenta y repetida, las fuerzas compresivas pueden superar el límite de carga del hueso, provocando una reabsorción perióstica más rápida que la aposición de nuevo hueso a lo largo de las líneas de fuerza.

Ä Esta modulación está influida por factores nutricionales y endocrinológicos (relacionados, entre otras cosas, con el nivel de estrógenos). Una respuesta adaptativa correcta en el hueso exige que los esfuerzos se apliquen de manera cíclica, alterando con periodos de reposo, aunque el ritmo de esfuerzo y de reposo permisible dependerá de la situación biológica del deportista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario