viernes, 25 de noviembre de 2011

Lesiones del tejido óseo 2

ETIOLOGÍA

Ä Los errores de entrenamiento son la causa más frecuente de las fracturas de stress: la mayor parte de ellas aparecen durante un periodo de incremento secuencial, escalonado, de la carga de entrenamiento.

Ä Se ven favorecidos por fracturas analómicos, como los pies cavos (en el caso de las fracturas de metatarsianos y de fémur) o los retro pies pronados (en el caso de la fractura de tibia y de huesos del tarso).


Ä También son más frecuentes en mujeres amenorreicas, tal vez por que poseen un nivel de densidad ósea más bajo de los controles de edad y actividad física similar.


Ä El realizar un diagnóstico precoz es vital: un estudio sobre 23 fracturas de cuello femoral demostró que en deportistas de elite había representado la causa de abandono de la práctica deportiva.

Ä La historia de estos pacientes es uniformemente parecida: el dolor aparece gradualmente durante un periodo de 2-3 semanas en el caso de que afecten a hueso cortical, y más breve (incluso menos de 24 horas) en el caso de que se afecte a hueso esponjoso; prácticamente siempre hay un antecedente de cambio en la carga de entrenamiento, bien durante un periodo de tiempo más o menos gradual, o bien en un único evento.

Ä Los síntomas comienzan de manera insidiosa. Al principio el atleta nota un dolor sordo en una u otra espinilla, que aparece al final del entrenamiento. La intensidad del dolor, al principio moderado, se incrementa progresivamente a lo largo de los días, hasta alcanzar un nivel en el que no se puede continuar corriendo. Al principio el dolor cede con el reposo, para reaparecer con el nuevo entrenamiento. A medida que pasan los días, el dolor se reproduce con distancias cada vez más cortas.

Ä “Por último, el dolor permanecerá incluso por la noche, aunque no impide conciliar el sueño, y cualquier intento de correr provoca dolor severo inmediatamente y se tiene que interrumpir el entrenamiento. Después de unos cuantos días de reposo deportivo el atleta se siente mejor e intenta correr de nuevo, para descubrir que el dolor reaparece. De esta manera, se puede perder toda la temporada de competición”.

                                   (DEVAS 1958)

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